JUAN 1. LA LUZ QUE RESPLANDECE

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LA LUZ QUE RESPLANDECE JUAN 1:6 Dios envió a un hombre llamado Juan el Bautista, 7 para que contara acerca de la luz, a fin de que todos creyeran por su testimonio. 8 Juan no era la luz; era sólo un testigo para hablar de la luz. 9 Aquel que es la luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo. Juan dio testimonio de él cuando clamó a las multitudes: A él me refería yo cuando decía: “Alguien viene después de mí que es muy superior a mí porque existe desde mucho antes que yo”. NTV. Durante cuatrocientos años, Dios había cortado la comunicación directa con su pueblo, debido a sus constantes rebeliones, pero una vez que se cumplió el tiempo establecido para que su amado Hijo comenzara su ministerio terrenal de restaurar las relaciones rotas entre Él y su pueblo, tuvo que levantar un nuevo profeta para que diera testimonio a sus compatriotas, acerca de la llegada del Mesías anunciada por los profetas del Antiguo Testamento. El hombre elegido para esta enorme tarea fue Juan, el Hijo de Zacarias y Elisabeth, parientes directos de María, la madre de Jesús, el Unigénito Hijo de Dios. La misión de Juan el Bautista era la de anunciar a sus compatriotas la llegada de la Luz a este mundo lleno de tinieblas, para que ellos dispusieran sus corazones para recibirle una vez que se les revelase públicamente. Este testimonio acerca de la llegada de la Luz, lo tenía que dar, para que nadie se confunda, porque él no era la luz, sino que a través de su testimonio la luz verdadera resplandecería por todo lo alto para iluminar el corazón de los hombres que caminaban en las tinieblas del pecado. Como precursor de Jesús, Juan debía dar testimonio de que la Luz que llegó a este mundo era el mismísimo Mesías anunciado por los profetas, el Unigénito Hijo de Dios que vino a reconciliar a Dios con su pueblo. Juan el Bautista en obediencia al mandato de Dios, dio testimonio de que Jesús era el Unigénito Hijo de Dios, aquella Luz que había descendido del cielo para iluminar al mundo. Este testimonio acerca de la Luz verdadera, Juan lo empezó a compartir a sus compatriotas mucho antes de que Jesucristo iniciara su ministerio publico. Por eso cuando Jesús entró en escena, Juan dijo a todos los que le escuchaban, que Jesús era Aquel de quien les había estado dando testimonio. Jesús vino después de Juan por lo que respecta a Su nacimiento y ministerio. Nació seis meses después de Juan y se presentó al pueblo hebreo un tiempo después que Juan había estado ya predicando y bautizando a todos los que habían aceptado su mensaje de arrepentimiento y perdón de pecados. Pese a que Juan era mayor por edad y ministerio, Jesús era superior a él. Jesús era mayor que Juan en edad, por la sencilla razón de que era primero que Juan, ya que existía desde toda la eternidad. También era superior en ministerio pues Jesús no solo iba dar un mensaje, Él era el mensaje que da salvación y vida eterna, por eso era digno de más honra, gloria y alabanza. Juan el Bautista fue el primer proclamador destacado de la verdad del evangelio de Cristo. Él no sólo dejó un testimonio valioso para las futuras generaciones; él clamó fervientemente a que todos escucharan este testimonio y lo aceptaran para que puedan alcanzar el perdón a sus pecados. Juan con sus palabras dirigió la atención de los que le escuchaban al Verbo hecho carne y lo identificó como el Salvador que es humano y divino. El evangelio que empezó compartiendo el Bautista, es el mismo evangelio que se sigue proclamando en el presente y se seguirá proclamando a las futuras generaciones, para que ellos también, puedan aceptar la Luz de Cristo que puede iluminar sus vidas, y rescatarles de la condenación eterna. Juan con su ministerio, tenía la esperanza realista de que por medio de él todos sus compatriotas y el mundo entero llegaran a creer en el Unigénito Hijo de Dios. Esta también debe ser la esperanza de todo aquel que proclama el evangelio de Cristo. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message