Episode 456: 22 de Diciembre de 2024 - Devoción Vespertina - ¨Salmos¨
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DEVOCIÓN MATUTINA VESPERTINA
“SALMOS
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
22 DE DICIEMBRE
SALMO 68
«Cuando tú, Dios y Señor, ascendiste a las alturas, te llevaste contigo a los cautivos; tomaste tributo de los hombres, aun de los rebeldes, para establecer tu
morada» (SAL. 68:18).
Dios es el Rey poderoso, y así como sucede en el Salmo 24 y en tantos otros, este salmo se convierte en un cántico de victoria dedicado a Jehová, Dios de los ejércitos. Nuestro Dios no tiene comparación cuando se trata de contemplar Su poder.
Él vence a los impíos como quien esparce el humo (v. 2), Él cabalga sobre los cielos (v. 4), Él hace temblar la tierra entera (v. 8) y Él hace huir a los reyes poderosos (v. 12). Su poder no tiene igual y Sus ejércitos son innumerables (v. 17). Este salmo ensalza las virtudes de Dios como Rey victorioso, el cual no tiene a nadie igual en poder o en bondad. Su victoria es tan grande que hace cautiva la cautividad y así trae salvación a Su amado pueblo.
Pero Dios no solamente es poderoso, sino también justo. Pobres de nosotros si Dios fuera un Rey todopoderoso, pero no tuviera bondad. Pudiera usar Su poder de forma caprichosa, despiadada y opresiva. Pero nuestros amado Dios es perfecto, y es ambas cosas al mismo tiempo: fuerte y bueno. Qué confianza tan grande y que paz llena nuestra alma cuando sabemos que Dios hace uso de Su poder para traer justicia a las viudas y a los huérfanos (v. 5), que Él provee de familia a aquel que está desamparado (v. 6), que Él sustenta al pobre y necesitado (v. 10). El pueblo de Dios no solo le alaba por ser el Rey de reyes, sino también por ser un Rey que ama a Su gente y provee para los suyos. El poder y la bondad de nuestro Dios es tan grande que subió a lo alto e hizo cautiva la cautividad (v. 18). Sí, nuestro Dios es capaz de apresar la opresión, de matar a la muerte y de cautivar la cautividad para liberarnos de nuestros captores.
Su poder es bondadoso. Su bondad es poderosa. Nuestro Dios tomó dones para los hombres. Qué regalo tenemos en Jesucristo, Dios encarnado, que reúne en sí fuerza y bondad. Jesús es ese León poderoso que es sacrificado y del cual mana dulce miel para alimentar a los suyos (Jue. 14:8). Jesús, siendo Dios mismo, se entregó hasta la muerte y muerte de Cruz, descendió al sepulcro y al tercer día ascendió a lo más alto y obtuvo para nosotros un tesoro espiritual del cual no somos merecedores, pero somos propietarios (Ef. 4:8). Del fuerte brotó dulzura, y en este precioso salmo Dios es llamado el Dios de nuestra salvación porque tan solo en Él tenemos esperanza de nueva vida (v. 19). ¿Has experimentado esta salvación que está describiendo aquí el salmista? ¿Conoces la liberación de la cual nos habla? Cristo, con Su poder, te puede liberar del maligno y de las cadenas del pecado que te oprimen. Cristo, con Su gracia preciosa, te adopta la familia de Dios y te colma de bendiciones espirituales (Ef. 1:3). «Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas» (v. 19).
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